Turquía anunció este sábado haber abortado el intento de
golpe de Estado militar que causó al menos 265 muertos, aunque el presidente
Recep Tayyip Erdogan pidió a la población que siga movilizada en la calle.
La situación se encuentra "completamente bajo
control", aseguró el primer ministro Binali Yildirim, que confirmó el
elevado número de víctimas en los enfrentamientos en Ankara y Estambul entre
los insurrectos, el ejército y decenas de miles de personas que se echaron a la
calle.
El golpe de Estado malogrado causó 161 muertos y 1.440
heridos sin contar a los golpistas, declaró. El jefe de las fuerzas armadas dio
cuenta de 104 golpistas muertos.
Sin embargo, la tensión seguía latente. Estados Unidos
anunció que el acceso a la base de Incirlik (este) estaba cerrado, por lo que
se suspendieron las operaciones aéreas contra el grupo Estado Islámico. La
coalición internacional utiliza esta base para sus operaciones contra los
yihadistas en Siria.
Las unidades militares estadounidenses en Turquía
recibieron además la orden de tomar medidas de protección máxima.
El jefe del gobierno turco señaló que 2.839 militares
fueron detenidos en relación directa con el intento de golpe, y aseguró que
estos "cobardes recibirán la pena que merecen".
Entre ellos figura el comandante del Tercer Ejército, el
general Erdal Ozturk, anunció un funcionario turco.
También fue arrestado un juez de la Corte Constitucional,
la más alta instancia legal del país.
Turquía pidió a Grecia la extradición de ocho golpistas
que huyeron en un helicóptero tras el fallido golpe de Estado.
Asimismo, Erdogan pidió a Estados Unidos la extradición
del opositor imán turco Fethüllah Gülen, a quien acusa de estar detrás de esta
iniciativa sangrienta, pero él lo niega tajantemente.
El régimen turco considera que Gülen, exiliado en Estados
Unidos, encabeza una "organización terrorista". En el pasado Ankara
pidió a Washington su expulsión pero las autoridades estadounidenses se han
negado.
Este sábado el secretario de Estado norteamericano John
Kerry instó a Ankara a presentar pruebas contra Gülen, al tiempo que se ofreció
a ayudarle en la investigación sobre la intentona golpista.
- 'Dueños de las calles' -
Poco antes del primer ministro, el general Ümit Dündar,
jefe interino del ejército turco, anunció que el "intento de golpe había
sido desbaratado".
Pese a este anuncio, Erdogan, criticado en los últimos
años por su deriva autoritaria, exhortó a los turcos a "seguir siendo
dueños de la calle (...) porque siempre es posible un nuevo estallido" en
el país, un miembro clave de la OTAN.
Miles de sus partidarios se congregaron a primeras horas
de la noche en Estambul.
Los enfrentamientos con cazas y tanques provocaron escenas
de una violencia inédita en Ankara y Estambul en décadas.
Decenas de miles de personas, muchas de ellas con banderas
turcas, desafiaron a los militares rebeldes, subiéndose a los tanques
desplegados en las calles o yendo al aeropuerto de Estambul para recibir a
Erdogan en la ciudad de la que fue alcalde. El jefe del Estado volvía
precipitadamente de unos días de descanso.
Los hechos se fueron encadenando desde poco antes de la
medianoche (21H00 GMT), cuando "las fuerzas armadas turcas" decretaron
la ley marcial y un toque de queda en el país, tras el despliegue de tropas en
Estambul y Ankara.
Los golpistas anunciaban una "toma de poder total en
el país" con el objetivo de "garantizar y restaurar el orden
constitucional, la democracia, los derechos humanos y las libertades y que
prevalezca la ley suprema".
Cuando todavía estaba en Marmaris (oeste) de vacaciones,
Erdogan intervino en directo por televisión con su teléfono móvil para pedir la
movilización popular.
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