El empresario Enrique Piana fue condenado ayer a cinco años y medio de cárcel por el fraude al Estado perpetrado mediante la exportación ficticia del oro, en los ’90, pero seguirá libre si la Justicia computa en su favor los casi ocho años que estuvo preso en la Argentina y en Estados Unidos, donde afrontó un proceso por lavado de dinero. “Me hago responsable, soy contrabandista, pero no soy el jefe de la organización”, dijo Piana frente a los jueces Jorge Pisarenco, Susana Pellet Lastra y Enrique Schlegel, del Tribunal Oral en lo Penal Económico (TOPE) 1. La condena se unificó con una previa por malversación de caudales privados equiparados a públicos.
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