A los 100 años de edad falleció este martes Joao Havelange, un reconocido personaje del deporte internacional, que no sólo supo representar a Brasil en los Juegos Olímpicos sino que llegó a ser presidente de la FIFA.
Había nacido un 8 de mayo de 1916 en Río de Janeiro, la misma ciudad donde se están disputando los Juegos Olímpicos, de los que él participó en natación en Berlín 1936 y como jugador de waterpolo en Helsinki 1952.
Por esas voluntades que nos tiene acostumbrados la vida en diferentes circunstancias, la muerte lo llamó en plena competencia en esa misma ciudad que lo vio nacer, que lo vio triunfar tanto como deportista, como dirigente y como empresario como si estuviese esperando el momento justo en homenaje a un ser humano que más allá de las controversias que generó a lo largo de su extensa y agitada vida, supo alcanzar el reconocimiento de muchos y las críticas de otros.
Havelange luchó para que Río de Janeiro fuera sede de estos Juegos Olímpicos con toda la voluntad que siempre le supo inyectar a sus objetivos.
Fue en un convincente discurso ante los dirigentes del Comité Olímpico Internacional en 2009, en la ciudad de Copenhague, cuando ayudó a vencer a ciudades como Chicago, Madrid y Tokio.
Su aporte como presidente de la FIFA fue fundamental. Aumentó el número de participantes y dio luz verde a la creación de los Mundiales Juveniles.
Pero no sólo colaboró con el crecimiento deportivo, también edificó los cimientos para la llegada de las grandes marcas y compañías internacionales como patrocinadoras.
No faltaron quienes lo defenestraron y, obviamente, en la larga lista figuró (y figura) Diego Maradona. En este video del año 1997, sobre el final del mismo, queda bien clara su opinión.
Havelange se vio salpicado por denuncias de corrupción, sobre todo las que culpan a su exyerno y expresidente de la Confederación Brasileña, Ricardo Teixeira.
Pero si hubo algo que lo llenó de satisfacción fue el haber visto a su selección coronarse campeón del Mundo en 1994, cuando aún ejercía el máximo cargo de la FIFA.
Fuerte, decidido, controversial, odiado y amado. En definitiva las peculiaridades de las que ningún dirigente, presidente u hombre público está exento. Joao Havelange dejó este mundo dejando una gran obra. Y eso nadie puede discutirlo.
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